Ventiladores de techo en invierno y cómo puedes ahorrar en tu factura de la luz.
Es una práctica cada vez mayor que en los hogares se esté adoptando la costumbre de optar por montar un ventilador de techo, buscando el confort que generan éstos dispositivos, en especial en los momentos mientras descansamos y dormimos.
El auge que está alcanzado éste electrodoméstico denota la gran confianza que está consiguiendo como alternativa real para combatir el calor. El montaje de un ventilador de techo es la solución perfecta para combatir las altas temperaturas.
Aún queda mucho para que las costumbres en los hogares vayan cambiando, en relación a utilizar los ventiladores de techo en invierno.
Esta práctica permite reducir el gasto en energía y acondicionar nuestra casa, logrando unas condiciones termohigrométricas adecuadas para conseguir unos estándares de confort y bienestar óptimos.
Tu ventilador de techo para el verano y para el invierno.
El aire cuando hace calor, tiende a expandirse y a ascender. Y por el contrario el aire frío tiende a contraerse y descender. El ciclo natural de movimiento del aire es así. El fenómeno del que hablamos es conocido como convección. De él resulta que en una estancia, exista una diferencia importante en cuanto a grados de temperatura entre la zona más elevada próxima al techo, y la zona más baja próxima al suelo. Esto se conoce como la estratificación del aire, el aire más caliente pesa más y sube. Esto también se conoce coloquialmente como “los pies fríos”.
Como acabamos de ver, el consumo de los ventiladores de techo respecto a los equipos de aire acondicionado son mucho menores. Y también son mucho más eficientes, ya que nos permiten mover el aire con mayor celeridad, por lo que podemos minimizar el tiempo de funcionamiento de los equipos de aire acondicionado.
Así es que en verano necesitamos que el aire frío que se encuentra en las zonas inferiores vaya subiendo poco a poco, y en invierno el aire cálido ubicado en el techo descienda todo lo posible. Los modelos de bajo consumo de ventiladores de techo contribuyen a éste proceso. Como vemos la estratificación del aire se convierte en un problema tanto en la época estival como en la época más fría del año. Los modelos con sistema de ventilación reversible ayudan a reducir el gasto energético. Todo este proceso tiene por objeto mejorar el confort de nuestra estancia y podamos ahorrar dinero en las facturas.
Ventiladores de techo. Confort en el hogar y ahorro en tu factura
Los ventiladores de techo consumen menos energía que los otros modelos de ventiladores y equipos de aire acondicionado, por lo que el ahorro en la factura al final se convierte en un factor clave para las economías domésticas.
Durante la época estival, al subir la temperatura cerca del suelo, la transmisión térmica del calor con el exterior se reduce. Utilizamos la masa de aire frío retenido próximo al suelo o cualquier recoveco del hogar.
Jugando con el termostato del aire acondicionado puedes subir la temperatura, produciendo así una sensación de frescor por el ventilador del techo, y con ello el termostato detecta una temperatura menor.
En invierno intentamos utilizar el aire caliente que se ubica en la zona del techo para conseguir calentar las zonas más frescas o frías de la casa. En ésta estación del año, podemos reducir la temperatura del termostato ya que la temperatura detectada por éste ahora es mucho mayor. De ésta manera tanto en verano como en invierno, jugando con el ventilador del techo podemos ahorrar dinero en la factura.
Según lo visto, podemos afirmar que los ventiladores de techo tienen un bajo consumo. Si los ponemos en marcha a una velocidad baja, los ventiladores silenciosos de bajo consumo consumen aproximadamente unos 20W. Por ejemplo, los nuevos ventiladores (AC) de corriente continua pueden llegar a consumir 3W. Si lo comparamos con el consumo de un aparato de aire acondicionado, éstos disparan el consumo hasta los 1.000W en el mejor de los casos.
Si programamos el ventilador de techo en función de verano, para una temperatura de unos 27 grados, al ponerlo en marcha podremos conseguir una sensación térmica de unos 23 grados. En función de invierno para unos 23 grados en la parte superior y unos 15 grados en la parte inferior, si activamos el ventilador conseguiremos una temperatura general de 19 grados.